lunes, 28 de junio de 2010

Ver ido...

Yacen afectuosos los astros a tus pies,
aspirando los dulces gemidos de miel,
recabando caricias seda de tu piel.
Arrope tierno que recorres sin traspiés

en el soñar en que obvias suave y firme la hiel
con la sabia de la verdad de tu mirar.
Revives en la ternura del suspirar
los bordes del firme celeste como el fiel,

reposado mentor, de la eterna balanza
que se equilibra con el peso de las páginas
del libro, no escrito, del sino de la vida

en el pergamino turgente en que se alcanza
firmamento perpetuo de nubes sanguinas,
en el que el sentir irredento nos anida.

25/06/2010

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