Cuando la noche se acuesta
despertando a las estrellas,
crujen las ramas de los arboles,
el viento mece las espadañas,
resurge insomne el ardor del alma
recorriendo las inmaculadas y
cuadriculadas hojas de la libreta
de verde oliva son sus pastas;
quizás es que buscan la esperanza
de volver a volar en el cometa
siguiendo la estela de aquel astro
anclado en el fondo de la imaginación
alejado en la lejanía de los tiempos
empecinados en parecer tan cercanos
cuán su estado no tiene razón de estar.
Renuncian mis versos a seguir presos
buscan la libertad del futuro encendido
difícil empresa enterrar las remesas
grabadas en las entrañas sin mañas.
Las piedras enmudecen, se miran extrañas,
ya no me gritan, no me susurran sus penas
tristes espectadoras de la lucha del futuro
aguardaran pacientes el regreso inminente
siempre pendiente de las palabras siguientes.
30/06/2012