domingo, 4 de diciembre de 2011

Por la Alhambra



Susurran los violines
la caída de la tarde,
alegría de las fuentes
y aromas de los naranjos;
desgrana una guitarra
sonidos del alma
y destellan tus ojos,
en el rojo de la Alhambra,
el delicado aura de diosa
de los cielos de mi calma
y mis sentidos se absorben
en el sueño del espíritu
ardiente del magma
que palpita tu figura
en este paraíso,
morada de los dioses.

04/12/2011