viernes, 17 de diciembre de 2010

Duele el silencio...

Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.

Miguel Hernández
Silencios eternos
aparecen en el naciente
que trae los truenos,
de las cansadas manos,
de los pesados corazones
que rompen con su sangre
los salientes de las entrañas.
Elegías por los muertos
que debieran cantarse a los vivos
en la fragua de los cipreses,
de rodillas se hincarían incapaces
de saber si son muertos en vida
o vivos de muertas vivencias...
Será que sólo la muerte resucita
la verdad de las palabras vivas
entre los olmos cantadas
al rumor de los torrentes,
aguas limpias de correr preciso,
el que hace que al cabo de las penas
enciendan las falsas palabras
del reconocer lo negado en la vida...

Será que duelen los silencios
más que los gritos de los perros...

17/12/2010