Cada piedra una
escalada
siguiendo la senda de
las hormigas bordeando los abismos,
giros lentos de
caracol camino del limbo
donde me siento y te
miro…
Lejana pedanía aparece
la cumbre
cansados pies cuesta arriba,
hacia abajo el vértigo
de sabernos vida
en desesperada huida
a la que volvemos
cada lucidez embriagados
de altura.
Qué me dices corazón
palpitando en las
sienes gotas de sudor.
Desnudos collados
chorrean grava sin
medida
tambaleando cada paso con
sonido de caída,
endeblez de la piel
pintando de rojo las aristas,
rasgones dejando a la
vista
el escozor de las líneas
aprendices
de abstractas cicatrices
susurrando el esfuerzo
por los labios cuarteados.
Miguel Ángel S. L.
(Ángel Saguar)
10/04/2015