Caída en sus escombros
la ciudad de los sueños,
levanta una piedra
derriba sus muros de miseria
de las humanas canteras,
ilusas calzadas, sandalias cansadas,
perdidas en la orilla de los juicios
de los albañales sin resquicios.
Grietas en las semillas que guían
remisas las letanías en ristras
componen retratos sin visas
en las llamas de rancias ceras,
zumban los ecos sin pretextos,
no protestan los nexos
abatidos en palabras de hierro
fraguadas en orejeras sin limbo.
Rebatos de campanillas
acuerdan en leyes mundanas
ataderos para las almas
que rebeldes se ahogan
en el cieno de las cenizas,
grises gamas de las tinieblas
decapan las pátinas
irradiando de ardor el color.
09/07/2012