Enfrascados los velos encarnados
enredan entre los tilos con las manos
condenando las hierbas a los bajos
sonríen los badajos donde las trochas
los alimoches elevan sus estructuras
consistentes mezquindades solares,
sombras de mal avio en los estíos,
carroña de siete onzas, medidas panzas.
Siete leguas quedan en las albarcas,
en la mochila ni queso ni rumia,
corre la mano y esconde los naipes
apuesta con salto recogiendo el tanto
recupera la capa de un sayo extensa…
Verónica solloza el centro de la casta,
asabanada en capricho de las bocas,
jaleos festeros en medio de un desbarro,
los palitroques en lo agudo y un bufido
tendrá sentido cogido el malcarado;
arrían las solanas en las sombras,
un toque de clarín y son las de morir…
Versus cadencioso del rancio dogal
revuelve los inciensos de los bienes,
la tierra se estremece, se atiesa y revienta
el magma sobre las copas de las sirenas
que beben con sal las más acidas mieles
brotadas entre las nieves, brunas faldas
van despojando el valle cuando el acalle,
elipsis pánfilo de los rebecos en sus ecos.
22/05/2012