Tu esperas la
delicadeza de mi voz,
la seguridad de mis pasos
y olvidar tu desazón durmiendo placida
entre las canas de mi pecho
al ritmo de una nana sobre los poemas dispersos
que tus pechos descubren
cuando desnudos excitan mi mirada y
avivan el deseo de perder la razón mecido por los
orgasmos de tu ser,
bebiendo las lágrimas de amor
del manantial de alfajor que chorrea entre tus muslos.
18/10/2013