martes, 1 de julio de 2014

La marquesina...



La marquesina se fue llenando
de caras serias con gesto triste,
mirada fija en las pantallas,
orejas taponadas y asordadas.
Yo seguí pensando en el amor
y lo ardua que es su labor,
solitario estaba el banco
tan caliente como ausente.

Una paloma picoteaba  la calzada,
en el disco esperan impacientes
bañados por un sol inclemente.
La calzada libre de vehículos
acrecentaba la impaciencia
por encima del puente la despedida
por debajo el camino de la espera
encajonando  la luz en su negra boca.

Huele a pan reciente en las mesas.
Pan de pita con media ración descrita.
A sorbos la desgana amarga la boca,
desoyendo los susurros se dilata
la mañana minúscula de algarabía
nada invita a pensar en el amor, y
sin embargo mi mente se pregunta,
analiza impulsos y revive ilusiones.

La sombra va mermando, el sol
se impone, con el giro de la tierra,
apropiándose de todo el espacio
la dimensión se diluye en el vacío
del pensamiento alterando la rotación
de los impulsos en las manos sudorosas
el corazón se retrotrae a las palestras
depuestas en los anticipos del fracaso.

Un nuevo puente refugia a la umbría
de sus arcos el paso hacia el retorno,
sigo el bordillo pintado de memorias.
de esperas, de pasos, de idas y venidas,
entorno los ojos fija la mirada en el suelo
y vuelvo a tenerte abrazada y vuelvo…
a levantar la mirada hacia las estrellas
escondidas tras el celeste del mediodía…

Qué más da -sea luz u oscuridad- la senda
para llegar a las praderas de la felicidad.
El amor es luz y oscuridad, el amor es…
Mientras… sigo pensando en el amor…

29/06/2014