martes, 27 de abril de 2010

Magnitud del amar

Las magnitudes globales,
miden lo que esta finito,
posesión del infinito
en el sentir del rozar,
en el pensar del gozar.
Las caricias de las manos,
al entre lo besos darnos,
pinchar de los gratos dardos
en los poros son clavados,
medir irreal, amarnos.

Pechos de mujer

Tu palpitar me dormía,
en tus fuentes bebía,
a tus pies el corazón,
que más ame, guarecías.

Manantial sideral,
mana del alma,
mecer del querer,
caricia del amar.

Celestial natura,
caricia divina:
Pechos de mujer.
Esencia y vida...

Deseo secreto

Arrebatados están los afanes,
en recónditas tramas de ilusión
que envuelven los anhelos de la carne,
ansias del sólo encontrar el placer.

Gemidos furtivos en soledad
Escondidos en la timidez púdica;
anclada de indecisión vergonzosa
ocultos sentires en la zozobra.

Apetitos tupidos y enrollados
en el ovillo de los hilos libres,
escalofríos en la fantasía…

Necesidad del instinto carnal,
que ocultamos en el disimulado
y embaucador secreto del deseo.

domingo, 11 de abril de 2010

Prodigio

Con los recortes de la sencillez que lánguida
hace caer la mirada al mirarnos de las piedras
por las que se arrastran los pasos encajonados,

en las desazones que absorban los espacios
que engarzan el sentir del alma con la sangre
caliente de las entrañas, acariciando el secreto soñar

de los sueños que absurdos se acaecen en el no llegar
al final de los caminos, cruces perdidos en los ondulares,
de los recorridos rutinarios alojados de enconada rebeldía

que guía los pensamientos, amparados por los sentimientos,
encontrados de las pausas, que nos recorren los seres
alicientes que impulsan, levantan, los pies del suelo,

y la cabeza de la almohada, en la que perdidos estábamos,
embutidos en nosotros mismos, y en las lágrimas amargas;
las lagrimas mutan en sonrisas, la depresión torna la alegría

y el sentir, persistente, repasa los ánimos y nos incardina
con las lazadas tersas, ajustados nudos, que nos unen
en el mirar optimo de ver el horizonte que nos espera

en las revueltas de las caminos, del mundo que nos embarga,
los sentires, ora en la mísera espera de la desesperanza
ora en la sublimidad del llegar de la alegría de la dicha.

Y saltan ardorosas las vísceras, encumbrando el palpitar
de las entrañas, rociadas por los impulsos indisolubles del alma
y acontece el prodigio audaz del andar por la cuerda del vivir.

sábado, 10 de abril de 2010

Apuntes

Apuntes van dejando las siluetas del viento,
cadenciosas, delicadas e intensas siluetas,
acarambanadas del intenso placer carnal,
simples peones de las copias ajustadas de ti.
caléndulas adornan el paseo que lleva pausado
por entre el bosque de tus pensamientos;
acaecidos sucesos candentes o frígidos,
sorprenden cada amanecer al llegar los rayos
y el nacer inconcreto de lo cotidiano que nos lleva
Por la amargura del camino solitario, solo.

Caricias, besos...

Caricias
ensalmos estelares
encendidos rojos vivos
de los dedos estremecidos
finos extravíos de los sentidos.



Besos
suspiros expedidos
de Soplos de las esencias
en tácito sellar recogido
dár áureo de los ánimos embebidos.



Serán precisos e indivisos los segundos del nirvana
para llegar al gozar sublime del sentir celestial
cuan reconfortar que marca el escalofrió vertebral
que hace desbarrar de las piernas y temblar el alma.

martes, 6 de abril de 2010

Delta

Llegan las aguas dulces por las riberas suaves
al delta que les acoge con el salino de la mar,
abrazo del rio y la mar en la agridulce ría
de las aguas que cantan el recorrer de la vida.

Marisma que engulle el dulzor de la canela
con los olores de pescado fresco alcanzado
en las redes de la bajura, barcas del sobrevivir
que bordean, bregadas, los acantilados escorados,

que la delta memoriza en sus afiladas quillas
de madera, embreada del negro betún, que las lleva
el timón tenso, que las dirige, el mandar de los callos.

Firmes las manos en las redes que salpican
el rellenar de la barca donde saltan las bocanadas
de los manjares que, cuatro tablas, al puerto llevan.

domingo, 4 de abril de 2010

Romper del alba

Y rompe las cadenas de la noche…
Inúndate de los rayos de Sol…

Romper de la alborada,
en ensangrentadas manos,
del delirio sin sentido
para el que no lo ha nacido.

Romper del alba
para la muerte alejar,
cuan de la mano llega,
con el resurgir que no vi.

Romper del alba,
golpean las sienes
los redobles de la sangre
coagulada de mis entrañas.

Rompe, la calma, el alba;
desazonada la mirada
perdida por los horizontes;
grita seco el corazón.

Romper de la calma al alba,
llorar lagrimas de sangre
coagulada en las entrañas
en la borrasca del ánima…

Romper del alba
entre los sudores fríos,
de las sabanas heladas,
de la soledad abominada.

Sublime canto

Negros los ojos,
azabache la piel,
negros reflejos
de tu cuerpo elegante
desnudo en mi piel.

Acarician mis dedos tus pechos,
tus labios gemires traen a mis labios
y el sabor de tu sexo en mi boca,
te recorre mi lengua entera.

Gozar de sentir tus gemidos
al incrustarnos los cuerpos,
al danzar de las caderas
y las uñas sacan el placer.

Entre tus piernas las mías,
en tu sexo el mío
traen los versos de las entrañas,
nos escanciaran las esencias
y la razón perdida
en el orgasmo que nos grita
el sublime canto de los cuerpos.

Afanes quiméricos

Coarta la línea del horizonte la vista desde la torre
que se señorea en el campo que acopia los cultivos de la Almunia
rodeada por los arenales del pantano ornados de baladre;
recorre la estancia albarrana la timidez, en olor de canfor,

y encamina sus pasos a la escalera, por la que llegan olores
a flores, a dama de noche, en el mediodía que inquiere el frescor
en la sombra de la higuera de tuna que dulce gotea, la savia,
la melaza de sus lágrimas, por sus brevas; y en el poyo la Dama

queda sentada, ruborizada, henchidos los senos al respirar
de la naturaleza que domeñada en huerta y jardín que desprenden
aromas que propenden, que enclaustran, y hallan el espíritu alertando,
el apreciar de los sentidos, alegran la vista con los matices,

perfuman el olfato las hortalizas y lo humores de las flores.
Más allá en el parral jilgueros y gorriones con sus cantos menores;
soleado el ambiente, exultante el sentir, con el pensar extraviado
en ingenuas fantasías de la dulce noche de afanes quiméricos.

sábado, 3 de abril de 2010

Indelebles rayos

Esparcidos están las cosechas en el reír
de tu sonrisa, en el sentir de tu palabra
que encamada camina por mis entresijos
caldeados por el terciopelo de tu voz;

cadentes sentires que arropan las esencias
de la recóndita recoger en ti de mi alma
que salta a borbotones en los derramar
de tus besos por las cascadas de los vientos

enmascarados en el fluir de las aguas dulces
de las cuevas secretas que guían sin saber
el engarzar de las manos en las simas de la mar,

caricias de las oscuridades iluminadas por los reflejos
de los caminos diamantinos, sendas de claridad
trazada por los indelebles rayos que nos acogen.

viernes, 2 de abril de 2010

Recoger en ti...

Esparcidos están las cosechas en el reír
de tu sonrisa, en el sentir de tu palabra
que encamada camina por mis entresijos
caldeados por el terciopelo de tu voz;

cadentes sentires que arropan las esencias
de la recóndita recoger en ti de mi alma
que salta a borbotones en los derramar
de tus besos por las cascadas de los vientos

enmascarados en el fluir de las aguas dulces
de las cuevas secretas que guían sin saber
el engarzar de las manos en las simas de la mar,

caricias de las oscuridades iluminadas por los reflejos
de los caminos diamantinos, sendas de claridad
trazada por los indelebles rayos que nos acogen.

Tu presencia...

Vaso de vino acarician los dedos,
la mirada perdida en los linderos,
atar de banqueta por los corcheros
del mentarte que escalda en los calderos

los vapores en el subir enteros
los pensar, de los fogones, al cielo
gris de la noche estrellada, de celo
del suceder, en que brotan certeros

los dolores de la sangre que expelo,
retorcer de la sensatez cruzada
del incidir de sutil escalpelo

que orada, la sesera encasillada,
en la brava emulsión, que no cancelo,
torbellino que tu presencia carda.