El día que nacemos está
escrito que moriremos.
Venimos de la nada y nos
vamos a la nada.
El miedo a la muerte es
el mismo que tuvimos a la vida.
Al fin y al cabo, son lo
mismo en diferentes planos:
A la hermosura de la vida
se añade la belleza de la muerte
que nos hace inmortales a
los ojos de los que nos aman
y los que dijeron
odiarnos lloran, en el silencio de su soledad,
quedarse sin enemigo con
el que disputar.
Miguel Ángel S. L. (Ángel Saguar)
24/05/2015