jueves, 31 de octubre de 2013

Agonía de la soledad



Cuelgan los hielos en las ramas
de los árboles del parque
en la madrugada baja de grados
entregada al paseo de los recuerdos
aireándolos de su olor de encierro
vuelan y caen bajo el peso del hielo.

Verdes  praderas entre los claros de los pinos
abrazando las rocas que la ermita soportan
el agua del pantano meciéndose al solano
el calor de su mano en la mía caminando por el borde
con las miradas embebidas en el espejo del agua
rompiéndose y recomponiéndose en el balanceo.

La luna apagándose se pierde hacía el occidente 
despertando la luz del alba y la aurora destila luz fría de día
de invierno cerrando el insomnio arrecido de la noche
la sangre no siente las venas descoloridas de tanta calle
inclemente por las que ya no es capaz más que de vegetar
rogando a la vida que abrevie la agonía de la soledad.

26/10/2103