Los espacios
intentando saber del relámpago.
Largas las etapas
meditando solitarias.
Se consume la
esperanza en la estética, mientras
las neuronas estáticas no son capaces de resucitar
el espíritu de la abulia más allá del brillo de
la estrellas,
balancea en los anillos de Saturno el desnudo
del destino
interrumpido entre los ruidos indelebles
en los universos
cruzados de reversos.
Pasan los repiques de
campana y queda el eco
diluido, muy dentro de
los oídos aturdidos,
son las cuitas de
Mercurio reducido a suburbio
de las estaciones
donde las praderas son grises
planchas de acero
donde la gravedad es cero
mas no es íntegra la
ficción de aventurero
por las majadas legendarias de los helenos
Poseidón estipulo
que su seno fuera de sal lleno.
Contra su esfera se
estrellan los rayos
refractando sus átomos
en lluvia de perlas
oxigenando de paz el
fondo de las galernas
con el canto allí
abandonado por las hembras
varadas en los dolores
de la guerras labradas
con el arado de las
epidemias que la queman
y ella se resiembra en
las auroras venideras
resucitadas por entre
las cenizas de mi estela.
28/08/2013