Y sigue sonando mi
canción.
Qué quieres que te diga, cuando nada hay que decir.
Quizás un desliz se
deslice por mi mente y me mienta las inciertas incertidumbres de las cumbres.
Quizás mañana no amanezca
más.
Y quién puede saber, si fue una amapola o una florecilla
desconocida, la que se hizo dueña de mi
mirada.
Qué más da, que sea una
cosa que otra, la verdad que no existe.
Se me olvidan las tildes
como se me olvidan las horas y en ocasiones hasta los días desaparecen.
Podía escribir un poema
pero ahora me dio por escribir chorradas.
El por qué habrá que preguntárselo
al por qué.
Lo supe y decidí borrarlo
de mi memoria para poder llenarla de imaginación sin hora que esperar.
02/03/2015