¡Ay la prepotencia!
Lo que en los maestros es arte
en los demás es desastre.
Arrastrarse es dislate
acomodarse que gran arte…
¡Ay la prepotencia!
De los orates
que cargan estresantes
con sus argucias de parlantes
charlatanes en la feria de la vanidad…
¡Ay la prepotencia!
Que es coma
cuando yo quiero punto.
Que es punto
cuando me apetece punto y coma…
¡Ay la prepotencia!
Que solo ve el vestido,
se olvida del contenido,
hasta del alma del atrevido
a exponer sencillo su sentido.
¡Ay la prepotencia!
Que me estresa
con antiguas recetas…
No sabe que es de estetas
ser humilde en estás recetas.
¡Ay la prepotencia!
Que recorre está vida
escondiendo sus miserias
en el dar lecciones que sobran
y más cuando no son pedidas.
¡Ay la prepotencia!
Que sólo ve en los demás
los defectos que ella esconde,
en el gritar más,
en el no saber sus limites aceptar…
¡Ay la prepotencia!
Que aplausos recibe
de los prepotentes
que creen ser gentes
cuando sólo coro estridente.
Ángel Saguar
11/12/2010
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