lunes, 23 de febrero de 2015

Relato de una fuga



Palabrejas alumbrando las orejas
rima de postín digna de un pasquín:
Se recogían las ovejas,
zumbaban los abanicos
y las alas de las abejas,
entre las regadas macetas,
al tiento tejían calceta
sin perder de ojo las flores de la reja
invitada sin vela al regateo
de la dote y la miel del escote.

¡Qué no sonrías si te mira,
el otro día le hablaste en la pila
y te dio agua bendecida!
¿Cómo quieres que te diga
que tú no mandas en mi vida?
¡Que tú eres  mía
que a mi padre fuiste ofrecida
por el quiñón de las arribas!
¡No te hagas tantas miras
me veras con habito de por vida!

Cuchichean las comadres:
Moños de enamorados
mañana se dirán ensalmos.
Muy decidida parece la niña.
Ni hábitos ni caprichos
en cuanto se ponga fecha
al altar sin rechistar.
¡Qué le oiga la Santa Trinidad!
La autoridad del padre respetara
no tiene nada más que rascar.

Misiva sin remite ni firma,
letras con acaricias que abrazan:
¡Rápida he de jugar mis bazas!
El convento seria menos tormento
que casarme con tal esperpento
pero no es lo que dice mi pecho.
Por él todo palpita cuando lo veo,
no queda más que fugarnos sin velos.
¿Se lo digo o me espero?
Una nota de despedida y se fueron.

23/02/2015