Al final de cualquier recodo
de los muchos que torciste
sabes que no hay más,
el vacío es la consigna de la vida.
Gestos vanos,
palabras huecas
yéndose por la misma soledad
por la que llegaron.
Queda un poema siempre a la espera
del génesis renovado:
inédito habla
rimando torcida la armonía del alma.
Dicen las antiguas palabras
tantas patrañas
y las nuevas no dicen
son absurdas teorías de enrevesadas mañas.
Miguel Ángel S. L. (Ángel Saguar)
17/05/2016