Y en las noches de desvelo,
por no pensar en ella,
recorro la historia de
tus calles
ideando nuevas leyendas
de aquellas que te han hecho grande
y el acervo de tus
estirpes confín donde venir a morir.
Quisiera alcanzar el
misterio
del sumario de mitos de
tus piedras,
comprender el alma del
cerro abrazado por el sendero
herrado de las aguas.
Suerte de días en paz con
la tinta corriendo sobre los pliegos,
desgracia de noches
degolladas
tintando de sangre los
regatos que de ti al río van
sedientos de quimeras.
Todas las palabras de la
cábala en tu aire se despliegan y yo las persigo
con mi instinto de
mendigo esperando la limosna del oráculo que sea el báculo
donde engrosar mi mente con la inteligencia de mi pecho
ardiente
palpitante cuando te mira
sin buscarte desde la vertiente que te hizo cual sus leyes.
Miguel Ángel S. L. (Ángel Saguar)
04/06/2015