En el viento quedaran las
cenizas de mis versos,
de las llamas de los
sarmientos volaran
siguiendo al humo en su
ascenso.
Haré la hoguera cuando
llegue el matacabras
para que las lleve más
allá de la atmosfera
hasta el torbellino anónimo
de los agujeros negros.
Y las aspas giraban.
Y no eran molinos.
Eran gigantes, de aquellos,
de Cervantes…
Miguel Ángel S. L. (Ángel Saguar)
28/05/2015