martes, 14 de diciembre de 2010

Solitaria...

Solitaria está la soledad
el silencio batió las alas
tomando para si el universo,
único el sentir de tu cuerpo
balancea la falúa de gala.

Solitaria la soledad del mar
busca el manantial nereida
que le cante su madrigal,
encapota el raso de la noche
la lucidez de la mente...

Solitaria y silenciosa el alma
no me canta la alegría
se encoge, se repliega en si,
bajo el descenso sanguíneo
que estrangula las entrañas.

Solitaria la soledad de silencios
impuestos, a pagar sin piedad,
se cobran las bocas iracundas
soportales de piedra sin piedad
y la plaza despeja sus adoquines...

Solitarios, silencios de soledad
reconfortan, impuestos por la mar,
sucumbiendo a la musical salmodia
de las olas al retornar el acantilado,
es la fuerza del más allá. ¿Es esta...?

14/12/2010

Cuando duele el alma...

Cuando duele el alma...


Estragos de las aguas

carcomen la roca del cantizal,

lamer incansable,

inexplicable la caricia continua,

que despierta en los lobos

aullidos desparramados,

al albur del ofender,

sosteniéndose en la vejez

perdida en los ojos,

inyectós de crueldad,

vuelve el cóndor al inaccesible

donde contempla paciente

los desastres de las lenguas

de fuego ingrávido

que arrasan fecundas llamas,

Saturno resucito,

cuando vulcanica fragua

fundió la cascarria del carbón

con los impuros aires de babor,

trinquete en la mano,

contra el maestre apoyado,

el cuerpo desolado,

gimen desolladas las entrañas,

el alma ya ni llora...

Pierde las formas entre los espinos,

como loba en celo

ciega defiende, lo que no es,

más que desmanes de su macho...

14/12/2010