Carta “surrealista”.
La boca negra de los recelos
quiso entrar en posesión de todo aquello
que siempre libre quiso caminar y
que libre camina aún en la derrota que lejana hace la
esperanza.
Ahora remienda los desgarros
con la seda de los sueños que serán realidad pasado
mañana
enterrando en el bálsamo los túneles
del pasado que hasta el hoy le trajo a golpes de lo
amargo.
Ya no valen las palabras
por hermosas composiciones que con ellas hagas,
los hechos retrataron la estulticia
de la soberbia con que mataste la amistad sin plisas.
Ahora los lamentos huelgan
el perdón lo tienes pero nunca el olvido,
se hundió el puente, las aguas enturbio
y yo sólo sé de aguas limpias; así que cada uno en su
orilla…
08/09/2013