Sayal del cutis, cubre con afecto,
sutil tejer, seguido avejentar,
va entrelazando con el aventar,
contra correr e intentar
de los sentidos dormidos,
la locura de los nidos,
en copas del contentar
los cuerpos con el tentar,
con desnudez a la vista,
pensar en que retornar,
del delirio en el que ornar
con música del etéreo,
las cicatrices que nos recolecto
con el tenaz subsistir el afecto
intermedio del sino del penar
acopió previsor del almenar.
Granito sin empernar
álgido el arrimo idílico
en que refugiarnos áulico
la lealtad de alternar,
eludiendo el cercenar
de las tormentas celosas
entre espinas de rosas,
que nos ciñen en el lecho.
Seguro pétalo nos acoraza
con fragancia del jardín nos abraza
y con sutileza el sentir embriaga.
27/06/2010
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