Rodean la senda,
los álamos de la ribera,
por donde caminamos la tarde,
de colores acalorados,
que trajo la primavera
con su eterno despertar.
Y las manos unidas
se dijeron sin mirar
palabras silenciosas
de las que no se van,
que los álamos nos las recuerdan
cada pasear bajo su sombra...
21/03/2011