jueves, 10 de mayo de 2012
Mi último poema
Adiós dicen mis entrañas
desangrándose en una charca
volara mi alma hacía el cielo
de los profundos infiernos
donde el Don es nada ser
más que un reguero de cenizas
enterradas en los légamos
de las llamas.
El estruendo
helado bastardo solitario
de la sangre fría
de una yema enternecida
por dar vida en la muerte
a este alma tan doliente
que la Luna ya no acuna
y el Sol no encumbra.
Caliente el corazón
esto escribo en estado de razón
que nadie lo dude
mi sinrazón sólo es eso: mía.
Sentida semilla constreñida
en lustros de cobarde mentira
tapando la verdad que me anima,
¡no lloréis hipocresías!
Quien tanto sentenció en amor:
Amor os entrega en grado
de arrobas enteras,
dulces orujos estrujados.
lindes de secos sarmientos.
A los bordes de mis montes
me vuelvo sin esperar más
a escuchar a Don Alonso contar.
09/05/2012
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