Hablé con Dios
y no respondió.
Llamé al infierno
y el diablo se escondió.
Una botella bebió mis penas.
Desperté en una acera cualquiera,
y mis palabras,
desangeladas,
volaban.
desangeladas,
volaban.
Que duro es el pavimento
golpeando cuando cae derrotado,
por las gradas del fracaso,
el ser humano…
3/11/2011