sábado, 13 de julio de 2013

Pendientes



Los pendientes se van acumulando en el aire indeleble que busca la frescura de lo endeble rodeado de las auras pretéritas caminando hacia la sencillez de lo venidero de la mano de las letras ligadas con el mismo mimo que se otorga a las caricias que nos aman.
Uno de esos pendientes es poder leer en los originales los poemas de Miguel Hernández y a tenía en mente el ir a Orihuela pero como dice el refrán no fue profeta en su tierra, después de no sé cuantos años de su muerte tienen que exiliar su papeles  a Quesada por la obcecación nada fundamentada del ayuntamiento de Orihuela.
Fuera de su ideología, de sus actos y de su vida más allá de la poesía no puede menospreciarse a uno de los poetas más importantes y decisivos de la literatura castellana. La miopía y la enemistad política no se pueden anteponer a lo que está por encima de los hombres el don de expresar lo que los demás sentimos y no somos capaces de escribir, lo que nos emociona por saber que así fue la injusticia en que se vivía y que unos pocos alzaron su voz para gritarle al mundo que no era ni es por lo que tenemos el usufructo de la tierra.
Si se hubiera tomado esa vara de medir, barnizada por el odio y la incomprensión, no habría llegado a nosotros lo que escribieron pintaron y esculpieron los clásicos helenos, latinos, árabes o del lugar que fueran
No seguiríamos maravillándonos con los poemas de Ovidio, los discursos de Platón, las aventuras de los argonautas, las penurias del cid, las batallas de gigantes, la picaresca del buscón, las tretas amorosas de la alcahueta, los frescos de Miguel Ángel, la sonrisa enigmática de Leonardo, las meninas de Velázquez, los horrores de Goya, etc.
Alguien que no recuerdo quien fue dijo que la verdadera riqueza de los pueblos está en su juventud y en como conservan la cultura que los hizo avanzar y ser  como son en el presente, esto es una quimera en este país nuestro en el que se da más publicidad a lo morboso de la vida privada que a lo que realmente tiene importancia  para hacer a las personas más humanas.
Ocultar a la luz pública lo que discrepa crea ese aura de poder sublimado por la prepotencia de los hombres cortos de cerebro y corazón negro donde no llega la luz que cada mañana alumbra los sueños sin los que nuestra existencia sería una baldía travesía por los desiertos.

Te han llevado a la luz andaluza
donde los olivares siguen en pie,
testigos de la sangre de tus versos
los aceituneros cantan
las estrofas de tus tormentos
con el ardor de las  heladas de enero
liturgia delicada de manos bastas
espulgando de oliva los campos
con aroma de alpechín
destilando el líquido sagrado
de los templos paganos
recordando el huerto de los olivos
donde aún caminan algunos.
Y en Orihuela tu pueblo y el mío
cuantas espinas podridas;
ya no es tu pueblo… ni el mío,
que tus papeles despreciaron.
Cuántas lágrimas derramarías
si vieras que de noche salieron
como aquel día… tú te fuiste
mas hoy fueron a la luz de Andalucía
donde los niños yunteros
sueñan con sus albarcas vacías.

11/07/2013

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