martes, 23 de agosto de 2011

Divagar

Contrapesos del reloj
bajan y suben,
asoma el cuco,
canta la hora sin truco.

Atrasa el tiempo,
rebasa los límites el fierro,
el tren sopla el humo,
ya no es tiempo de tal peculio,
carece de sentido el tiempo encontrado:
Sendas cruzadas en sedas,
desfiladeros cerrados de rocas…

Ya no es tiempo de buscar el tiempo,
se paro el reloj de los encuentros;
sólo el pasar sentado
mira a la luna cuando busca el Sol,
la noche no es noche
y el desvelo de los secos ricinos regresa
por la cúspide del monte que no existe:
Se hizo ladrillo sobre ladrillo,
torre de los cuartos del destierro de la vida.
En la misma pauta aparece un brillo de betún,
huellas de pies que ya no encuentran hierba fresca.

23/08/2011


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