Que pueden hacer los vientos,
ante las rocas erectas,
si no alcanzar el rozarlas
con las caricias más secas
de los gritos de tormenta.
Lavar la cara amusgada
con lágrimas borrascosas
de la umbría que nos guía
desde estos gélidos fríos
hasta esos cálidos sures.
06/07/2010
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