Ornato abandonado a la sencillez,
hermosura de relampagueante sal.
Esferita de Neptuno
en finas arenas de los médanos
de piélago calmo y diáfano;
lucido espejo del orto,
reverberar del atardecer
en tus brazos de nereida; y
el irradiar de los fanales marinos,
candiles del batel que
lanzan destellos a tu belleza,
replican los destellos del faro,
azimut que nos guía
en el torbellino del deseo,
ímpetu que nos envolvió.
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