Leyenda del alma seca
entre los pinchos de las zarzas
moras moradas…
como el suplicio en la soledad de la morada,
moras rojas…
como la sangre que mora
en el pozo seco que sienten mis entrañas.
Púas pinchando las manos
moradas por las moras
robadas en las callejas cerradas
donde soñaban los sueños ser mañana:
Eran palabras
en versos entrelazadas.
Eran labios
en besos enmarcados.
Era el horizonte libre y sin límites.
Eran las páginas
concierto de centellas en la tierra mojada.
Páginas de palabras
en verso fundidas por las hadas
que no buscaban nada.
En la cañada
los cencerros anunciaban el alba
mientras los gallos respondían a la campana.
Sois hermosas
flores de la campiña ociosa
de pinceles
empeñados en los bateles
de las aguas templadas por el acero
de la borrasca de hierro.
Alegorías gregorianas
por encima de las crestas albarranas,
velas encendidas
por un llegar que no regreso
por la cañada a recoger la respuesta de la campana.
Silencio escondiendo el llanto
del regato que, a espaldas de los altos,
muere en el corazón de la mar
sin boato.
10/08/2014
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