martes, 6 de mayo de 2014

Amargura

Llamas a bienvenida, amargura, querida mía
en tu paseo, por los cientos de rutinas,
soplan los vientos aspavientos de adviento
entronando el sentimiento en los dolores
sangrantes del corazón que elevan los edemas
entre las notas sangrantes de los pies descalzos
de destino en dónde sosegarse del crudo camino.

Enraízas entre los mares y las montañas
subiendo los peldaños con las manos de los años
arrastrando los desengaños, desolando los caños
de los alegres tintineos del agua fresca y el olmo
sigue tan seco como cuando le cantaron, por estar,
coriláceas palabras del alma que al final de sus mañas
destempladas de las cálidas calmas que le trepaban.

Intentas esconder en los suaves susurros lo que eres,
tenencia de las cadencias desiertas de consistencias
rodeando por los pies de los cerros los ríos de la mirada
escondida en los encogidos sentimientos que arrumbas
retratando en los gestos las arrugas de las caras duras
esculpidas con el talento de lo que se supura y no se da
si no es media vuelta para no vedar los sueños de verdad.

04/05/2014


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