jueves, 22 de agosto de 2013

Estrofas sueltas



Se zarandea una piedra
enderezando somera las etapas
mientras se muere el pensamiento
encerrado en las sienes.


Delicados sonidos
son míos
albinos caminos
del desatino.


No sé
como puedo,
cercado por el frío de la sombra,
escribir mi sentir.


¿Dios existes?
¡Déjanos ser felices!


Pacen los rebaños
las verdes praderas
tañendo las esquilas
desnudas de almizcle.


Suerte de los vates
deambular en sus sonsonetes
corridos de espigas
sostenidos por una quimera.


Corto e incierto…
Color de adviento
vuelto por lo cierto
caliente el texto.


Cúpulas con aristas
eco de la brisa
soporte de mi risa.

Tú y yo…
acabaste el nosotros,
tanto ha… que ahora
ella está.


Tarantos al palo seco
de la boca,
los labios intensos
al rocío despiertos.


Mis letras son pequeñas
-en la grandeza
ponderada de tu belleza-
Diminutas motas…


Las pesadillas de la noche
destrozan los sueños de los días
Las pesadillas y los sueños
ni se besan ni versan.


¡Cuándo no sueño tus besos!


20/08/2013

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