Por las sierras andaba un bandolero,
dormía con ojo abierto, a la aurora
le levanta el sueño de su deshora;
romance de ciego en el candelero:
Era hombre sencillo, honrado y austero,
la hermosura de la mujer cantora
le trajo deshonra y aún la adora
y tanto que se resigna somero
al andar por las peñas sin más meta
que esperar regrese un día el velero
y vuelva su figura a la caleta
borrando de su corazón de acero
el negro y pintar de color violeta
la gracia con las ascuas del brasero.
01/08/2012
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