No sabes que mis manos tuyas quieren estar
y mis labios desean como la mar sus olas.
Vuela mi pensar calmo, susurran caracolas,
los atados del amor libres en tu testar.
La lejanía corta cobija tu restar
de todos los abusos, que nos quieren parar
las alegrías ciertas, sin más que reparar
la costra superficial; la base, bienestar
en el bien de la verdad asentado y soldado
por la palabra dada, precisada, cumplida
nunca se nos resiente, fortín consolidado.
Es fallo del refrán, vivir una sola vida,
siendo fiel a la misma, con valor entregado,
que merece la pena darle lo que nos pida.
13/10/2011
No tengo suerte en el amor, porque al amar entrego el alma entera, y en tanta entrega está el error; pero no se amar de otra manera.
ResponderEliminar(Anónimo)
Un saludo. Me gusta Tu Entrega, es parecida a la mía. Un saludo desde el sur. Volveré a visitarte.