Guisas de lluvias
verdean sobre los barbechos
los portentos de la vida.
Tan sencilla es la espiga
símbolo sin envidia,
soporta sobre sus granos
los gritos de los vientos
y se encoge indolente,
en grácil y curvilínea figura,
acariciando el aire con su armonía,
cuales arpas por los medios definidas.
Mientras, danzan mis ojos
los acordes de tal maravilla
que se extiende por los llanos
tornando vergel la desierta estepa
donde solitarias las encinas
señorean en la pleitesía de la elipsis
de los almendros en vida,
briznas cárdenas en los límites perdidas.
25/03/2011
Y no has dicho la palabra, no la has dicho no, pero la he adivinado....
ResponderEliminarHermoso poema Miguel Angel, que bonita la pintas, sin ni siquiera nombrarla.
Muakisssssssssssss
Gracias Maria de los Soles no te quejaras de este esta clarito.
ResponderEliminarUn abrazo
Con Dios Marisol