jueves, 6 de enero de 2011

Solivianta

Solivianta el levante

los ánimos de la mar,

sopla cálido sobre las dunas,

tumbado las palmeras

y va metiendo el polvo en la boca.

Inexorable sopla el bochorno

y los cuerpos desasosegados

buscan el sosiego del agua

que cae fulminada

sobre el cuerpo dolorido

por la falta de descanso.

Llega el ocaso y el sol se va,

aparece la noche, un suplicio más,

asfixia en la palabra del corazón

y, en el insufrible calor, el verbo trae el frescor

de los sentimientos vivos

que acarician, sin más, al amor.



06/12/2011

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