Cantaban los marineros
en cubierta de la barca
mientras jalaban la Jarcia
subían, de a una, la vela
y asomando por poniente
mugía brava la galerna,
el cielo se volvía gris
celando la plata de la luna
entre las ondas de la mar
Mi ser decía y no decía
cual era la senda del retome
que debía seguir la vida.
Mientras
las entrañas se me torcían
y el alma aún no decidía.
¿Qué puede decir?
Si está escondida
en tus entrañas
donde anida
la profunda esencia
que hace que aun siga
mi ser en esta vida.
Sonata de los peces saltarines,
silencios de los reinos de neptuno,
en los acantilados mira
solitaria mi mirada
y no ve más que el gris
de la lejanía que está dormida
en los brazos del cielo
que negro se va haciendo…
Como la noche cubierta
de pesadillas y no sueños
que alumbren como el día.
10/03/2012
Precioso Miguel Ángel, gracias
ResponderEliminarUn beso